martes, 28 de julio de 2009

ENSEÑAR Y APRENDER CON TIC´S


Enseñar y aprender con las tecnologías de la información y la comunicación


En este módulo de la Diplomatura se abordaron cuestiones relativas a la enseñanza, el aprendizaje y el modo en que el uso de tecnologías, en situaciones de presencialidad, puede agregar valor a dichos procesos. En este marco, la utilización de las tecnologías en la enseñanza de las disciplinas y el uso pedagógico de recursos digitales, se analizaron los cambios en el rol docente, la planificación y la evaluación de la integración de recursos digitales en la enseñanza.


La importancia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, ha sido y es un hecho incuestionable. Cuando hablamos de éstas hacemos referencia al conjunto de avances tecnológicos que nos aportan la informática, las telecomunicaciones y las tecnologías audiovisuales, tecnologías que, básicamente, proporcionan información, herramientas para su proceso y canales de comunicación. Su influencia y desarrollo vertiginoso se deja sentir en todos los campos de nuestra sociedad. La escuela ya no es el canal privilegiado mediante el cual las nuevas generaciones entran en contacto con la información o se insertan en el mundo. Estamos inmersos en una sociedad de la información y la escuela, como principal institución formadora, no puede vivir de espalda a ella.

No se debe caer en la visión de que las tecnologías son la panacea que vienen a salvar la educación. Tener la aulas llenas de artefactos no significan casi nada cultural ni pedagógicamente, no implica el sólo uso instrumental de las mismas. El acento debe estar puesto en lo educativo, no en lo tecnológico.

El ingreso de las TIC a los centros educativos se debe vincular con la alfabetización en los nuevos lenguajes, el contacto con los nuevos saberes, las respuestas a ciertas demandas del mundo del trabajo, la oportunidad de integrarse con la mayor autonomía posible en una sociedad en permanente proceso de cambio y transformación.

César Coll ha argumentado que el aprendizaje escolar es el resultado de un proceso complejo de relaciones que se establecen entre tres elementos: los alumnos que aprenden, los contenidos de la enseñanza y la tarea del profesor que ayuda a los alumnos a que aprendan. Las interacciones que se producen entre todos ellos constituyen el núcleo de los procesos de enseñanza y aprendizaje escolar. Los tres elementos forman los vértices de un triángulo interactivo que sirve de modelo figurativo a la dinámica del proceso de enseñanza y aprendizaje. Desde esta perspectiva, que integra múltiples aportaciones del enfoque constructivista y que está teniendo una enorme influencia en la práctica educativa, es posible analizar la influencia de las TIC en el proceso interactivo de los diferentes elementos.

Son los supuestos pedagógicos los que deberían guiar la inclusión de las TIC en la enseñanza y lo fundamental es definir su uso con sentido y que agregue valor a las propuestas. Ahora bien, antes de definir los recursos a emplear, hay que plantearse: qué, para qué, por qué y cómo.

Programar una clase es responder a esas preguntas. La programación de la enseñanza es un proceso de toma de decisiones, las opciones que se elijan definirán el espacio de la experiencia posible para los docentes y alumnos. El uso de los recursos cobra sentido en función de los propósitos que el docente considera en el momento de seleccionar una propuesta concreta, además, éstos se incluyen dentro de una secuencia más amplia de actividades, puede pensar la utilización de las tecnologías en diversos momentos, pero debe responder a determinaciones que justifiquen su incorporación en relación con todos los elementos que constituyen la planificación en su conjunto, en función de lo que quiere enseñar. Se debe partir de los objetivos de la clase y luego analizar si determinada tecnología puede adaptarse a aquellos y mejorar, así, los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Para Gimeno Sacristán la planificación de los profesores consiste en un proceso de resolución de problemas en situaciones particulares y propone una serie de elementos en la configuración de la enseñanza: reflexión en torno de los contenidos, organización de los contenidos, clarificación de la estructura de los contenidos del módulo, estructuración de actividades, atención a habilidades, destrezas u objetivos comunes. Este autor destaca el papel activo que tienen los educadores en el desarrollo del currículum escolar, en tanto que ellos pueden enriquecer o empobrecer cualquier propuesta.

El docente no sólo debe concretar los objetivos marcados para la enseñanza del nivel, sino cómo tratar de alcanzarlos desde medios que valgan la pena poner en marcha porque generan una dinámica, unas relaciones y una cultura en el quehacer cotidiano del aula. Una secuencia de enseñanza no se define por lo que se aprende y por lo que se enseña, sino, en primera instancia, por lo que se hace, lo cual, a su vez, puede generar aprendizaje (Salinas, 1988).

La tarea concreta de programar actividades requiere de experiencia, de intercambiar miradas con otros, de reflexionar sobre lo que se ha hecho. Las mismas contemplaciones se deben tener en cuenta al incluir las nuevas tecnologías de la información y comunicación. El tema es pensar para qué y por qué el uso de estas herramientas aportará un valor diferente al programa diseñado desde el punto de vista de lo que se quiera que aprendan los alumnos.

Bransford, Brown y Cocking (2000) señalan que la computadora puede ser una herramienta pedagógica extraordinaria, no esencialmente como fuente de información, sino como prolongación de las capacidades humanas y de los contextos para las interacciones sociales que sostienen el aprendizaje. En educación son muchas las posibilidades del mundo virtual. Para Javier Echevarría, este ciberespacio da lugar a nuevos escenarios de valor educativo, además de los aportes como medio de información y comunicación, fuentes de recursos didácticos, Internet sirve a los estudiantes: para desarrollar capacidades expresivas y creativas, para desarrollar espíritu crítico, poder trabajar cooperativa y colaborativamente, modificar los procesos tradicionales de adquisición de saberes, potencial para configurar nuevos espacios educativos y para transformar los existentes, facilitar la formación y consolidación de comunidades de aprendizaje, ampliar redes y nuevos espacios, aumentar las posibilidades de interacción didáctica más allá de los horarios de clase (tutorías virtuales, foros y comunidades virtuales, actividades colaborativas en red), mejorar la atención a la diversidad y multiculturalidad, hacer entrar en el aula la actualidad y la cultura de todo el mundo, entre otros.





La escuela y los nuevos desafíos

Todo esto será factible si existe un modelo o proyecto pedagógico que soporte estas posibilidades, las computadoras deben ser incorporadas en las escuelas en el marco de un enfoque constructivo de aprendizaje, teniendo en cuenta también la formación de los profesores; la organización de las escuelas; los métodos pedagógicos; cambios en los modos de hacer y de pensar la enseñanza; los aprendizajes; las culturas de los alumnos; las competencias necesarias que deben alcanzar los aprendices.
Por lo tanto, es preciso apropiarse de estos recursos, conocer sus potencialidades para promover prácticas de la enseñanza fundamentadas, coherentes e integradas a los contenidos curriculares, es necesario que los docentes se sientan competentes en ellas y no tengan miedo de enfrentarse al efecto que la presencia del ordenador pueda provocar en las relaciones con sus alumnos y en las de éstos con los contenidos del aprendizaje.


Por otro lado, se sabe que al quedar la escuela al margen de la alfabetización digital aumenta la brecha socio-económica-digital. No todos los chicos van a poder utilizar las computadoras en sus hogares o cyber, alfabetización que va más allá de poder acceder físicamente a estas tecnologías.
Una educación de calidad es el reto para todos los integrantes de la comunidad educativa. El mundo ha cambiado, prevalece el entorno informacional conectado, digital. La sociedad del conocimiento exige ciudadanos que sepan qué hacer con los recursos que están disponibles, aún en esta sociedad plagada de injusticias sociales y marginación, la más grave, la marginación de la educación y del conocimiento.


Bibliografía:

ÁREA MOREIRA, M. (1999): “Los materiales curriculares en los procesos de diseminación y desarrollo del currículum”, en: Escudero, J.: Diseño, desarrollo e innovación del currículum, Madrid: Síntesis.

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GVIRTZ, S. Y PALAMIDESSI, M. (1998) El ABC de la tarea docente: curriculum y enseñanza. Buenos Aires: Aique Grupo Editor. Cap. 6.

SALINAS, D. (1994), "La planificación de la enseñanza: ¿técnica, sentido común o saber profesional?", en: Angulo, J. F. y Blanco, N. (comps.), Teoría y desarrollo del currículo. Málaga: Aljibe.

FENSTERMACHER, G.(1989), “Tres aspectos de la filosofía de la investigación sobre la enseñanza”, en: Wittrock, M., La investigación en la enseñanza I , Paidós-M.E.C, Madrid-Barcelona.
LITWIN, E. (2005) De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza. Educación y Nuevas Tecnologías. II congreso Iberoamericano de Educared. Disponible en URL:


MARCHESI, A. y MARTIN, E (2003) Tecnología y Aprendizaje. Madrid: Editorial SM. Disponible en URL:



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SALOMON, G., PERKINS, D. Y GLOBERSON, T. (1992), “Coparticipando en el conocimiento: la ampliación de la inteligencia humana con las tecnologías inteligentes”, en Revista CL&E Comunicación, lenguaje y educación Nº 13:6-22.

Carola Tenedini